quinta-feira, 26 de fevereiro de 2015
LA PRÁCTICA DE TARA
LA PRÁCTICA DE TARA
Introducción
Con respecto a la práctica de Tara, ella es un Bodhisatva en el décimo-segundo bhumi o estadio de iluminación, capaz de realizar todos los deseos de los seres. Tara es la manifestación de la compasión de todos los Budas de los tres tiempos. También es una diosa que lleva a cabo y cumple las actividades iluminadas de todos los Budas.
Ha habido incontables Budas de otros eones y otras eras. En el principio de nuestro eón, hubo un Buda en particular, el Buda de aquella era, conocido como Mahavairochana. En el tiempo de este Buda, había un gran rey que tenía una hija llamada Princesa Metok Zay, Princesa “Hermosa Flor” .
La Princesa Hermosa Flor era devota en oraciones, y llevaba a cabo actividades maravillosas para el beneficio de todos los seres. Mientras era aún una chica joven, La Princesa Hermosa Flor hizo vastos ofrencimientos y dedicaciones, desempeñando actividades generosas, valientes, pacientes y compasivas de gran virtud por los seres sintientes.
Cuando el Buda Mahavairochana preguntó a la Princesa qué era lo que ella deseaba, cuál era la intención en su corazón, ella contestó: “Yo permaneceré en este mundo hasta que cada uno de los seres sintientes se haya liberado por completo”.
Esta fue una alegre sorpresa para el Buda, quien nunca había escuchado a nadie ofrecer una aspiración tan noble, valiente y desinteresada. En respuesta a sus sacrificios personales, su virtud y sus aspiraciones, e inspirado por sus deseos por los seres, el Buda Vairochana declaró espontáneamente la oración de las veintiuna alabanzas a Tara, una alabanza a las veintiuna cualidades de Tara.
Como resultado de esta alabanza declamada por el Buda Vairochana, se llegó a saber que la Princesa Hermosa Flor era una emanación de la deidad Tara, quien originalmente brotó de las lágrimas de compasión derramadas por el Bodhisatva Avalokiteshvara o Chenrezig.
El Bodhisatva Avalokiteshvara tenía inmensa compasión por los seres vivos. Aunque se esforzaba sin cesar por ayudar a los seres, sentía un gran pesar al ver que tantos seres continuaban cayendo, sin remedio, en los reinos inferiores de existencia, como los infiernos. Vio que eran muy pocos los seres que progresaban en el camino hacia la Iluminación.
En total desesperación, debido a una compasión iniguanable Avalokiteshvara lloró de angustia, rezando para que su cuerpo se rompiera en mil pedazos y rogando para morir, ya que sentía que había sido incapaz de realizar su tarea de rescatar a los seres vivos del sufrimiento. De sus lágrimas de compasión, surgió Tara.
Apareciendo de esta manera milagrosa, Tara se dirigió a Avalokiteshvara diciéndole: “O Ser Noble, no abandones la sublime tarea de beneficiar a los seres sintientes. Yo he sido inspirada por ti y me he regocijado en todas tus acciones altruistas y desinteresadas.
Yo entiendo los grandes apuros y dificultades por los que has pasado. Pero tal vez, si adopto la forma de un Bodhisatva femenino con el nombre de Tara, como una contraparte tuya, entonces eso podría asistirte en tus más loables esfuerzos”.
Al escuchar esta aspiración de Tara, Avalokiteshvara se llenó de un entusiasmo y de un coraje renovados para continuar sus esfuerzos dirigidos a los seres, y en ese momento, tanto él como Tara fueron bendecidos por el Buda Amitaba, debido al compromiso que mantenían al permanecer en el camino del Bodhisatva.
En el momento en el que Avalokiteshvara había llorado de desesperación, su cuerpo había estallado en mil pedazos. El Buda Amitaba bendijo entonces su cuerpo de forma que Avalokiteshvara surgió en una nueva forma con once cabezas, mil brazos con un ojo en la palma de cada mano. De esta manera, podemos ver la cercana conexión que existe entre Tara y Avalokiteshvara.
Se dice que desde entonces, quienquiera que recite la alabanza a las veintiuna Taras declarada por el Buda Mahavairochana, puede estar seguro de recibir increíbles beneficios. El Buda Mahavairochana fue capaz de realizar todos sus deseos propios. Incluso para los Budas, hay momentos en los que ellos mismos son incapaces de satisfacer las necesidades de algunos seres sintientes.
No obstante, tras dar nacimiento a esta alabanza a las veintiuna Taras, el Buda Mahavairochana fue capaz no sólo de realizar sus propios deseos, sino que, en general, también fue capaz de colmar los deseos de todos aquellos que se acercaron a él.
Una vez una mujer mayor se presentó ante el Buda Vairochana. Ella era bastante pobre, pero tenía una hija que era extraordinariamente hermosa. Esta hija tenía un admirador de la realeza que deseaba su mano en matrimonio. En la India antigua, si una chica campesina se casaba con alguien de la realeza, la costumbre era que la familia de la chica aportara al menos las joyas que llevaría la novia. La pobre señora anciana no tenía los medios para obtener joyería para la boda de su hija.
Esta mujer había oído que el Buda Vairochana podía realizar los deseos de todo el mundo, así que se acercó a él. Se presentó ante el Buda y le pidió si era posible que le diera algo de joyas para que su hija pudiera casarse con el Rey y de esa manera realizar los deseos de mucha gente. En aquella ocasión, el Buda Vairochana estaba en el templo de Bodhi en Bodhgaya.
En el templo de Bodhi había muchas imágenes de Tara Verde. Debido a que el Buda no tenía joyas propias, le pidió a una de las imágenes especiales de Tara Verde, en el templo de Bodhi, que le regalara su corona para así poder dársela a la madre anciana, y de esa manera que su hija pudiera convertirse en reina. Esta estatua de Tara Verde se quitó su corona y la presentó al Buda Vairochana, quien pudo finalmente ofrecerla a la mujer anciana para el matrimonio de su hija.
Se dice de Tara Verde que no solamente concede a los seres todo lo que necesitan, sino que también es capaz de despejar cada uno de los mayores miedos de los seres, tales como los ocho o dieciséis miedos comunes que incluyen: miedo a los robos, a los ladrones, miedo al agua, a las serpientes, al veneno, al encarcelamiento y demás, incluyendo los miedos internos.
Cualquiera que fuera el miedo que pudieran sufrir los seres, recitando las veintiuna alabanzas a Tara, o aunque meramente recitaran su mantra de diez sílabas, OM TARE TUTTARE TURE SO HA, sus miedos han sido pacificados y sus necesidades satisfechas.
Buda Mahavairochana apareció en un tiempo muy muy lejano, antes incluso de la era del Buda Shakiamuni. También se dice que más tarde, en nuestra propia era, Buda Shakiamuni declaró la misma exacta alabanza, repitiendo las palabras del Buda Vairochana. Esto está recogido en la colección de las palabras del Buda, el Kangyur.
Por lo tanto, Tara también fue muy alabada por el Buda Shakiamuni. De esta manera, la oración a las veintiuna Taras trae consigo un poder y bendiciones inmensos. Incontables practicantes Mahayana cantan esta alabanza a diario, ya sean practicantes laicos u ordenados, sean jóvenes o viejos, esta alabanza ha resonado como un murmullo constante en los labios de los fieles, desde un largo tiempo antes de nuestro presente eón.
En tiempos más recientes, Tara ha sido la diosa en la que se han apoyado, en tanto que deidad meditacional, muchos de los grandes maestros budistas de la historia y adeptos mahasiddhas, tales como los muy apreciados maestros indios Nagarjuna y Aryadeva. El pandita y escolástico indio Chandragomin tuvo visiones de Tara y recibió transmisiones directas de ella. Muchos de los más grandes maestros han sido devotos adeptos practicantes de Tara. El Mahasiddha indio Viruta, fundador del linaje Lam Dre de Buda Hevajra, recibió bendiciones de Tara.
Uno de los más grandes maestros indios, quien tuvo un papel muy importante introduciendo la práctica de Tara en el Tíbet, fue el pandit escolástico bengali Atisha. Atisha había sido invitado en repetidas ocasiones al Tíbet, pero siempre había rechazado dichas invitaciones, al haber oído sobre la altitud del Tíbet y sus severas condiciones climáticas, al igual que sobre el carácter indisciplinado e inculto del pueblo tibetano. Atisha dudaba de poder ir al Tíbet y ser capaz de dirigir las mentes de los tibetanos hacia el Dharma.
El maestro indio Atisha, siendo un gran devoto de Tara Verde desde mucho antes de su viaje al Tíbet, un día recibió una profecía de Tara. La misma Tara le dijo a Atisha que debía ir a la tierra de las nieves, Tíbet, donde, al igual que el sol, iluminaría a los seres con las enseñanzas del Buda, disipando toda su oscuridad.
De esta manera, traería gran beneficio a los seres sintientes en los países del norte. Tara le dijo a Atisha que allí encontraría a un gran discípulo suyo, uno que de hecho sería una emanación del Bodhisatva Avalokiteshvara. Ella profetizó que las actividades combinadas de Atisha y su discípulo causarían el florecimiento de las enseñanzas durante miles de años y que éstas se propagarían por todas partes.
Solo después de oír estas palabras proféticas pronunciadas por Tara, Atisha cedió en sus juicios respecto al Tíbet y a los tibetanos, y finalmente decidió ir al Tíbet. Bien que Atisha tuviera que enfrentar algunas dificultades iniciales en el Tíbet, tales como no encontrar traductores cualificados y encontrarse con condiciones severas, se encontró no obstante todo ello con su discípulo profetizado, Dromtonpa.
Es debido a la influencia de Atisha que las enseñanzas de Tara Verde llegaron a florecer en el Tíbet. Aunque la tradición más antigua, la de la escuela Nyigmapa, ya veneraba a la diosa en varias formas, esto no estaba tan ampliamente extendido hasta la ida de Atisha al Tíbet y su propagación de la alabanza a las veintiuna Taras. Estos son algunos de los regalos y bendiciones de la santa Tara.
Chandragomin era otro de los grandes maestros indios que jugaron un papel significativo en la propagación de las tradiciones de Tara. Él no era un monje, sino un Upasaka, es decir, un practicante laico que mantenía los ocho votos.
Debido a estos maestros, la alabanza a las veintiuna Taras, su mantra y rituales, se propagaron a todas las escuelas de Budismo, las cuales continúan apoyándose en la práctica de meditación de Tara. Existen muchas grandes historias sobre maestros espirituales en el Tíbet que se apoyaron en Tara como deidad meditacional personal.
En el siglo XVI, en el Tíbet, hubo un gran maestro llamado Jonang Taranatha. “Tara” significa “salvadora”, y “Natha” significa “protector” en Sánscrito. Dicen que él estaba siempre en una comunión constante y directa con Tara. Él buscó tradiciones indias budistas cuando ya casi no quedaba nada del Buddhadharma en India, y dicen que encontró y recuperó muchas fuentes de enseñanzas del Dharma.
Taranatha escribió una historia elaborada de Tara y de sus prácticas. Fue muy cuidadoso asignando fechas e identificando a los diferentes maestros indios que estaban asociados con la práctica de Tara. Los escritos de Taranatha sobre Tara sobreviven en su colección de trabajos escritos, y hay traducciones inglesas de su trabajo que incluyen explicaciones de las veintiuna alabanzas a Tara.
Hay mantras específicos para cada una de las veintiuna formas de Tara. Formas específicas de Tara pueden invocarse para obstáculos diferentes o miedos, y uno puede practicarlos de esta manera una vez que uno ha recibido la iniciación y la transmisión de las veintiuna alabanzas de Tara.
Para poner en movimiento los beneficios de estas bendiciones de los Budas, de Tara, y de todos estos maestros, se ha dicho que tras recibir la transmisión de las veintiuna alabanzas a Tara, uno puede escoger entre recitar esta alabanza o recitar la forma de dharani largo del mantra de Tara, o incluso recitar únicamente el mantra de diez sílabas de Tara.
Uno puede recitar cualquiera o todos los tres, tanto temprano en la mañana como durante el día, la tarde o incluso en medio de la noche. Se dice que es especialmente importante y beneficioso recitar estas alabanzas cuando nuestra mente está agitada o perturbada y no puede ser pacificada por otros medios.
Alguien cuya mente esté muy agitada puede hablar de sus problemas a sus amigos, pero seguirá estando perturbado. Los amigos pueden estar de acuerdo con nuestro punto de vista y entender nuestros miedos, pero aún así, nuestros deseos no serán colmados.
Incluso aunque nuestros amigos nos apoyen y concuerden con nosotros, nuestros problemas siguen estando ahí; sólo porque nuestros amigos concuerden afectuosamente con nosotros no significa que sean verdaderamente capaces de ayudarnos....Hasta puede suceder que uno se encuentre incluso peor que antes, como resultado de este tipo de consultas amigables!
Por otro lado, cualquier fiel devoto puede recitar las veintiuna alabanzas a Tara, o también podría recitar el mantra dharani largo e incluso el mantra corto de diez sílabas, OM TARE TUTTARE TURE SO HA, cuando esté en crisis. Cuando sus necesidades o deseos no estén siendo colmados o estén siendo frustrados y no puedan ser realizados, dejando al devoto con un sentimiento de confusión o estancamiento, si en ese momento le rezara a Tara, ella estará allí para aliviar sus miedos y tribulaciones.
Este acercamiento nos presenta una alternativa a nuestra respuesta ordinaria ante las dificultades. Cuando estamos agitados, normalmente buscamos inmediatamente a un amigo o consejero para validar nuestra miseria. Deseando encontrar consuelo y pacificar nuestra confusión, podemos en cambio remover todo y empeorar la situación. Otro acercamiento que valdría la pena probar es el de intentar recitar estas alabanzas a las veintiuna Taras, o recitar su mantra y de esta manera encontrar el consuelo y la resolución que estábamos buscando.
La práctica de Tara también es muy benéfica y efectiva para los centros de Dharma. Aquellos centros que hacen pujas o rituales de oración a Tara se encuentran recompensados con éxito,.. ya que sus deseos de propagar las enseñanzas del Buda se cumplen!... Deseos profundos y de corazón que surjan de la inspiración y de la devoción son mucho más fácilmente realizados, especialmente si son por el beneficio de los seres!
Prácticamente cada monasterio tibetano lleva a cabo el ritual de oraciones de la puja de Tara cada mañana, ya sea que haya cinco monjes o mil. Estas alabanzas a las veintiuna Taras han sido cantadas continuamente por incontables seres desde el tiempo del Buda Vairochana en un tiempo muy remoto, mucho antes de nuestra era presente. El hecho de que esta plegaria sea tan antigua y de que haya sido tan popular y ampliamente practicada a través de los tiempos, contribuye a su gran poder y efectividad.
Todas las bendiciones acumuladas que han surgido debido a las plegarias de los fieles a través de los tiempos, descienden a nosotros y las recibimos cuando rezamos con fe y devoción a Tara. Mediante la práctica regular de las alabanzas a las veintiuna Taras y los mantras de Tara, estas bendiciones se cultivan y pueden dar su fruto en nuestras corrientes mentales, en nuestra experiencia. Es por esta razón que la devoción a Tara constituye una práctica diaria tan excelente.
Thuk Je Che Tíbet.
sexta-feira, 20 de fevereiro de 2015
quinta-feira, 19 de fevereiro de 2015
A PRÁTICA DA DEUSA TARA VERDE
A
PRÁTICA DA DEUSA TARA VERDE
Por H.E. Chogye Trichen Rinpoche
Introdução
Relativo
à prática de Tara, ela é um ser iluminado do décimo segundo bhumi ou fase de
iluminação, capaz cumprir todos os desejos dos seres. Tara é a manifestação da
compaixão de todos os Buddhas dos três tempos. Ela também é a deusa que leva a
cabo e realiza as atividades iluminadas do Buddhas.
Houve
incontáveis Buddhas de outros aeons e eras. No princípio de nosso aeon, havia
um Buddha particular, o Buddha daquela era, conhecido como Mahavairochana. No
tempo deste Buddha, havia um grande rei que teve uma filha pelo nome de
Princesa Metok Zay, Princesa Bela Flor. A Princesa Bela Flor era devota em
oração, e tomou a cabo atividades maravilhosas para beneficiar outros seres.
Enquanto ainda uma menina, a Princesa Bela Flor fez oferecimentos vastos e
dedicações, executando atividades
generosas, corajosas, pacientes e compassivas da maior virtude em nome dos
seres sensíveis.
Quando
o Buddha Mahavairochana perguntou para a Princesa o que ela desejava, qual era
a intenção do seu coração, ela respondeu, "eu permanecerei neste mundo até
que todo e o último único ser seja liberado completamente".
Esta
foi uma nova surpresa para o Buddha, que nunca tinha ouvido qualquer um
oferecer tal aspiração nobre, abnegada e corajosa. Com respeito aos sacrifícios
pessoais dela, à virtude dela e suas aspirações, e inspirado pelos desejos dela
em nome dos seres, o Buddha Vairochana proferiu a oração dos vinte e um elogios
espontaneamente com Tara, um elogio para as vinte e uma qualidades de Tara.
Como
resultado destes elogios falados por Buddha Vairochana, veio a ser divulgado
que a Princesa Bela Flor era a emanação da deusa Tara, que tinha vindo
originalmente das lágrimas do Abrigo da Compaixão, ou Chenrezig.
O
Bodhisattva Avalokiteshvara teve imensa compaixão para os outros seres vivos.
Embora ele se esforçasse incessantemente para ajudar os outros seres, ele
sentia grande tristeza porque tantos seres continuavam caindo sem socorro nos
mais baixos reinos de existência como os infernos. Ele viu que muito poucos
seres estavam fazendo progresso no caminho para a iluminação.
Em
desespero absoluto, por compaixão insuportável, Avalokiteshvara chorou em
angústia, enquanto rezava que seria melhor que o corpo dele fosse destroçado em
pedaços, desde que ele não podia cumprir a sua tarefa de salvar os seres vivos
dos sofrimentos. Das lágrimas da sua compaixão, surgiu a deusa.
Ao
aparecer milagrosamente deste modo, Tara falou com Avalokiteshvara, dizendo: "Ó nobre, não abandone a tarefa
sublime de beneficiar os seres sensíveis. Eu estive inspirada por eles e me
alegrei em tudo com suas ações desinteressadas. Eu entendo os grandes
sofrimentos que você sofreu. Mas talvez, se eu assumir a forma de um
bodhisattva feminino com o nome de Tara, como uma contraparte de você, então isso poderia ajudá-lo em seus mais
merecedores empenhos.
Ouvindo
esta aspiração por Tara, Avalokiteshvara ficou cheio de uma coragem renovada
para continuar os seus esforços em nome dos seres, e ele e Tara foram
santificados pelo Buddha Amitabha para os seus compromissos para o caminho de
bodhisattva naquele momento.#
Na
ocasião, quando Avalokiteshvara tinha clamado em desespero, o corpo dele se
partiu em mil pedaços. Amitabha Buddha então abençoou o corpo dele, de forma
que Avalokiteshvara surgiu em uma forma nova com onze cabeças, e com mil
braços, com um olho na palma de cada mão. E deste modo nós podemos ver a
conexão íntima entre Avalokiteshvara e Tara.
É
dito que desde aquele tempo, quem recitar este elogio às vinte e um Taras
proferidos por Buddha Mahavairochana está seguro receber benefícios incríveis.
Buddha Vairochana pôde cumprir tudo dos desejos dele. Até mesmo para os
Buddhas, há tempos em que eles não podem satisfazer às necessidades de alguns seres
sensíveis. Porém, dando origem a este elogio para as vinte e uma Taras, Buddha
Vairochana buscou não só cumprir tudo dos próprios desejos dele, mas ele também
pôde geralmente cumprir tudo dos desejos de todos que chegaram a ele.
Uma
vez uma mulher velha veio ao Buddha Vairochana. Ela era bastante pobre, mas
teve uma filha que era extraordinariamente bonita. Esta filha tinha um
admirador real que desejou a mão dela em matrimônio. Na Índia antiga, se uma
menina camponesa fosse se casar na realeza, era o costume que a família da
menina deveria tentar prover pelo menos a jóia a ser usada pela noiva. A mulher
velha empobrecida não tinha nenhum meios com que obter a jóia para a filha dela
que estava se casando.
Esta
mulher tinha ouvido que aquele Buddha Vairochana poderia conceder para qualquer
um desejo, e assim ela se chegou a ele. Ela veio diante do Buddha perguntando
se ele pudesse lhe dar alguma jóia, de forma que a filha dela pudesse se casar
com o rei e cumprir os desejos de muitas pessoas. Naquele momento, o Buddha
Vairochana estava ficando no templo de Bodhi, em Bodhgaya.
No
templo de Bodhi havia muitas imagens de Tara Verde. Como ele não tinha nenhuma
jóia própria dele para dar, o Buddha pediu de uma das imagens especiais de Tara
Verde no templo de Bodhi que ela desse a coroa dela a ele, de forma que ele
poderia agradar a mãe velha e que a filha dela poderia se tornar uma rainha.
Esta estátua de Tara removeu a própria coroa dela, e apresentou isto ao Buddha
Vairochana, que pôde oferecer isto então à mulher para o matrimônio da filha
dela.
Tara
Verde diz que não só ela vai dar aos seres tudo o que eles podem precisar, mas
também que ela pode acalmar cada um dos medos principais dos seres, como os
oito ou dezesseis medos comuns dos seres que incluem: medo de ladrões, medo de
água, de cobras, de veneno, de prisão, e assim por diante, como também todos os
medos internos. Qualquer temor que os seres sofrem, sempre que eles recitariam
os vinte e um elogios a Tara, ou somente
recite o mantra de dez sílabas dela, OM TARA TUTTARE TURE SVAHA, os seus
medos deles/delas seriam pacificados, e as suas necessidades deles/delas seriam
cumpridas.
O
Buddha Mahavairochana apareceu mesmo em um tempo antigo, muito longe antes do
tempo de Shakyamuni Buddha. Também é dito que depois, em nossa própria era, o
próprio Buddha Shakyamuni falou a exata mesma oração, enquanto repetia as
palavras de Buddha Vairochana. Isto é recontado na coleção de Kangyur das
palavras do Buddha.
Assim,
Tara também foi elogiada grandemente pelo próprio Buddha Shakyamuni. Deste
modo, a oração para as vinte e uma Taras traz imensa bênção e poder.
Incontáveis Budistas Mahayana cantam este elogio diariamente; sejam eles monges
ordenados, sejam leigos praticantes, sejam jovens ou velhos, esta oração ressoa
como um murmúrio constante nas bocas dos praticantes, desde longo tempo antes
do nosso presente aeon.
Em
muitos tempos mais recentes, a deusa Tara esteve como deidade meditacional por
muitos dos maiores mestres da história budista, grandes filósofos budistas
Mahayana da Índia e Mahasiddhas, como em particular os estimados Nagarjuna e
Aryadeva. O praticante e pandita Chandragomin teve visões de Tara e recebeu
transmissão direta de Tara. Muitos desses mestres foram praticantes dedicados
de Tara. O Mahasiddha indiano Virupa, fundador da linhagem de Lam Dre do Buddha
Hevajra, recebeu bênçãos de Tara.
Um
dos maiores mestres indianos que tiveram papel muito importante, introduzindo a
prática de Tara no Tibet foi o praticante pandita bengali Atisha. Atisha tinha
sido convidado muitas vezes a visitar Tibet, mas ele sempre tinha recusado,
depois de ter ouvido falar da altitude alta e do clima severo do Tibet, como
também do caráter incontrolável e rude das pessoas Tibetanas. Ele duvidou que
pudesse ir lá e realmente mudar as mentes no caminho do dharma.
O
mestre indiano Atisha, sendo grande devoto de Tara Verde, antes de viajar ao
Tibet, um dia recebeu uma profecia de Tara. A própria Tara contou para Atisha
que ele deveria ir para a terra das neves, pois lá ele seria como o sol,
iluminando os seres com os ensinamentos do Buddha, dispersando toda a
escuridão.
Deste
modo, ele traria grande benefício aos seres sensíveis nos países do norte. Tara
contou a Atisha que lá ele conheceria um grande discípulo seu, um que seria na realidade
uma emanação do bodhisattva Avalokiteshvara. Ela profetizou que as atividades
combinadas de Atisha e deste discípulo causariam os ensinamentos florescer em todos lugares por milhares de
anos em expansão.
Só
depois de ouvir essas palavras proféticas faladas por Tara foi que Atisha cedeu
nos julgamentos dele relativo ao Tibet e aos Tibetanos, e ele resolveu ir para
o Tibet. Embora Atisha enfrentasse algumas dificuldades iniciais no Tibet, como
não achar os tradutores qualificados e se encontrar com condições severas, no
entanto a tempo ele se reuniu com o discípulo profetizado dele, Dromtonpa.
Dromtonpa foi se tornar o fundador da escola de Kadampa, que se tornou a fonte
da qual as encarnações dos Dalai Lamas surgiram.
É
da influência de Atisha que os ensinamentos de Tara Verde vieram a florescer no
Tibet. Embora a tradição Nyingmapa mais cedo adorava a deusa em várias formas,
isto não era tão amplamente difundido até que Atisha veio ao Tibet e propagou o
elogio às vinte e uma Taras. Estes são algumas das bênçãos e presentes de Tara.
Chandragomin
era outros dos grandes mestres indianos que tiveram um papel significante na
propagação das tradições de Tara. Ele não era um monge, mas um upasaka, um
praticante secular que mantém oito votos.
Devido
a isto, o elogio para as vinte e uma Taras, o mantra dela, e rituais, se
espalhou a todas as escolas de Budismo do Tibet todas das quais continuam
confiando na prática de meditação em Tara. Há muitos histórias de grandes
mestres espirituais no Tibet que confiaram em Tara como a sua deidade de
meditação.
No
décimo sexto século no Tibet havia um muito grande mestre chamado Jonang
Taranatha. "Tara" quer dizer "sábio", e "Natha"
quer dizer "protetor" em
Sanskrito. Era dito que ele estava em uma comunhão direta quase contínua com a
própria Tara. Ele procurou tradições budistas indianas quando não havia quase
nada do Buddhadharma na Índia, e era dito que tinha achado e recuperado muitas
fontes de ensinamento de dharma.
Taranatha
escreveu uma elaborada história de Tara e das práticas dela. Ele teve muito
cuidado sobre datas e identificar os diferentes mestres indianos que eram
associados com a prática de Tara. Os escritos de Taranatha sobre Tara
sobrevivem nos trabalhos colecionados dele, e há traduções inglesas deste trabalho
que incluem explicações dos vinte e um elogios a Tara.
Há
mantras específicos para cada uma das vinte e uma formas de Tara. Podem ser
invocadas formas específicas de Tara para obstáculos particulares ou medos, e a
pessoa pode praticar deste modo uma vez que a pessoa recebeu autorização e
transmissão dos vinte e um elogios a Tara.
Para
fixar o benefício dessas bênçãos dos Buddhas, de Tara, e de todos estes
mestres, dizem que depois de receber a transmissão dos vinte e um elogios a
Tara, a pessoa pode escolher recitar este elogio, ou recitar o dharani longo do
mantra de Tara, ou até mesmo só recitar o mantra de dez sílabas de Tara. A
pessoa pode recitar qualquer um ou todos esses três, de manhã cedo, ou no meio
do dia, ou pela noite, ou no meio da noite. É dito que é especialmente
importante e útil recitar estes sempre que a mente da pessoa estiver preocupada
e não pode ser pacificada através de outros meios.
Uma
pessoa cuja mente está muito preocupada pode falar sobre os seus problemas com
alguns amigos, mas eles só permanecem transtornados. Os amigos podem apoiar
nosso ponto de vista e podem entender nossos medos, contudo nossos desejos não
são cumpridos. Até mesmo se eles são encorajadores e concordam conosco, nossos
problemas ainda permanecem; só porque eles estão de acordo conosco não
significa que eles podem nos ajudar verdadeiramente. Acontece até mesmo que
pode ser pior que antes como resultado de tais consultas amigáveis!
Por
outro lado, qualquer um devoto fiel recita os vinte e um elogios a Tara, ou
recita o mantra de dharani longo ou até mesmo o mantra curto de dez sílabas, OM
TARA TUTTARE TURE SVAHA, sempre que estiver em crise, quando estiver sendo
negadas as necessidades deles/delas e seus desejos estão sendo frustrados e não
podem ser cumprido, sentindo-se confusos, se neste tempo eles pedirem a ela,
ela irá curar os medos deles/delas e suas tribulações.
Esta
aproximação nos apresenta uma alternativa para nossa resposta ordinária para as
dificuldades. Quando nós estivermos preocupados, normalmente nós procuraríamos
um amigo ou conselheiro imediatamente para validar nossa miséria. Desejando
achar conforto e pacificar nosso tumulto, nós podemos incitar coisas e ao invés
do fato podemos os fazer pior. Outra aproximação de valor é que nós poderíamos
recitar o elogio às vinte e uma Taras, ou recitar o mantra dela, e deste modo
achar o conforto e solução para o que nós estamos buscando.
A
prática de Tara também é muito benéfica e efetiva para centros de dharma. Esses
centros que fazem pujas ou rituais de oração de Tara conseguem sucesso, como os
desejos deles para que a expansão dos ensinamentos de Buddha seja cumprido!
Profundo e sincero desejo que nós distribuímos para inspiração e devoção é
cumprido muito mais facilmente, especialmente quando eles estão por causa dos
outros!
Virtualmente
todo monastério Tibetano executa oração de rituais de Tara Verde todas as
manhãs, se eles têm cinco monges ou mil. O elogio para as vinte e uma Taras foi
cantado continuamente por seres incontáveis que existiram muito tempo atrás, de
todo o modo desde o Buddha Vairochana em uma idade muito antiga, longo tempo
antes de nossa era presente. O fato de que esta oração é tão antiga e foi tão
popular e amplamente praticada em muitas eras contribui para seu grande poder e
efetividade.
Todas
as bênçãos acumuladas disso surgem devido às orações dos praticante ao longo
das muitas eras acumuladas. Todas as
bênçãos nos desce e são recebidas por nós quando nós rezarmos com fé e devoção
a Tara. Por prática regular do elogio para as vinte e um Taras e o mantras de
Tara, são cultivadas estas bênçãos e podem amadurecer em nossa corrente mental,
em nossa experiência. É por isto que a adoração de Tara faz tal prática diária
excelente.
Este
elogio para as vinte e uma Taras também é muito importante nas tradições
chinesas do Budismo Mahayana que tem conexões com o Budismo Vajrayana.
Recebendo
as Bênçãos do Bodhisattva Tara
A
entrada no caminho de meditar do bodhisattva Tara começa com autorização, a
transmissão da sabedoria iluminada dela e bênçãos.
Quando
nós recebemos a transmissão das bênçãos de Tara verde, por exemplo, nós oferecemos primeiro uma mandala ao Guru
que nós devemos visualizar como realmente sendo de fato a deusa, a próprio
Tara, presente na nossa frente. A pessoa visualiza o Guru na nossa frente como
Tara. A pessoa também visualiza Tara na frente, presente na mandala no nosso
santuário de nós.
Dos
centros do coração dessas duas Taras, brilhos de luz brilhantes saem adiante e
atingem a nós mesmos e a todos os seres sensíveis. Isto irradia luz e
transforma nossos corpos ordinários de carne, ossos e sangue, e nós nos
tornamos um orbe ou bola de luz, uma massa de luz. Todos os fenômenos
ordinários se dissolvem em um estado de vacuidade. Nós descansamos nossas
mentes naturalmente naquele estado,
permanecendo nesse estado que é a presença de luz da vacuidade, a
claridade da vacuidade. Dentro desta vacuidade, tudo é possível.
O
lugar onde você está é o puro reino de Tara, o Reino Turquesa conhecido como
"Harmonia de Folhas de Turquesas". Você não é mais sua forma
ordinária, mas tem a natureza de uma bola de luz. Qualquer som que você ouve é
o eco do mantra de Tara. Qualquer pensamento que pode surgir ou pode ocorrer é sabedoria,
vacuidade. Todos os fenômenos, tudo, estão como espaço. Não há nada mundano ou
usual que permanece.
Logo,
aparece uma flor de loto e naquela flor uma letra "AH", que transforma em um disco de lua. Naquele disco
de lua está uma sílaba semente azul HUM,
que emana luz brilhante que se espraia ao longo do universo. Atinge todos os
seres vivos, purificando todas as suas
ofuscações e pecados.
Os
raios de luz irradiando também fazem oferecimentos aos iluminados e são então
atrás re-absorvidos na letra. Da transformação desta letra que representa a
natureza da própria mente da pessoa em si mesmo
aparece como Tara.
Ela
é de cor verde, com uma face e duas mãos, com dois pés. A mão direita dela está
fora esticada em cima do joelho direito com a palma no gesto da generosidade
suprema. A mão esquerda está no gesto de conceder refúgio, com o dedo polegar e
dedo anular tocando e mantendo o talo de uma utpala, uma flor de loto azul que
alcança até o ombro esquerdo dela. A utpala na mão de Tara tem três flores. Uma
destas ainda é um broto, outra é florescida completamente, e outra seca
ligeiramente.
Tara
é uma esmeralda bonita de cor verde; ela é da natureza de luz. Tara é adornada
com todos os ornamentos magníficos, coroa, colar, e assim sucessivamente, como
também artigos de vestuário de sedas. A postura dela é graciosa, com a perna
direita dela ligeiramente estendida e a perna esquerda dela dobrada
ligeiramente para si.
Na
testa dela está a letra branca OM, representando o corpo de todos os Buddhas;
na garganta dela a letra vermelha AH, a fala de todos os iluminados; no coração
dela está a letra azul HUM que é a mente de todos os Buddhas. Na realidade, seu
corpo, fala, e mente sempre foram o corpo santo, fala, e mente dos Buddhas.
Como Você percebe estes impuros, para transcender isto, visualize nos seus três
lugares as sílabas OM, AH, e HUM. Em cima da sílaba HUM, a pessoa também deve
visualizar a sílaba TAM, a sílaba de semente de Tara.
Além
disso, o Guru também aparece na mesma forma de Tara Verde, como também aparece
Tara Verde no santuário.
Dentro
do nosso coração aparece Tara, e nos corações do Guru que aparece como Tara e de Tara visualizada no
santuário há uma forma pequena de Tara. Dentro do coração desta Tara minúscula
uma letra minúsculo de TAM, a sílaba da semente da próprio Tara.
Raios
de luzes brilhantes saem dos corações do Guru e de Tara no santuário. Esta luz
enche o universo, espraiando-se em todas as dez direções aos reinos de Buddha e
alcançando todos os iluminados, invocando bênçãos infinitas dos Buddhas e
Bodhisattvas, chamando a sabedoria e compaixão deles.
Especialmente,
esta luz vai para a Harmonia do reino "Folhas de Turquesas", no
paraíso de Potala na direção do Sul onde o aspecto de sabedoria de Tara reside.
Agora todos os iluminados assumem a forma de Tara. Há no espaço acima e ao
redor de nós milhões e bilhões de Taras Verdes de aparecimento primoroso que
como chuva caem em nós e são absorvidas em nossos corpos. As maiores destas
podem ser iguais a montanhas enormes, as menores não mais que o tamanho de uma
semente de sésamo.
Como
um ajuntamento de tempestades gigantesca de todas as dez direções, todas estas
caem sobre nós e são absorvidas em nós. Em uma autorização [iniciação], isto é
conhecido como a descida de bênçãos, e é extremamente importante.
Agora
se visualizam as sílabas do três vajras claramente, OM, AH, e HUM, na testa,
garganta, e coração, respectivamente. A pessoa também visualiza o aspecto de
meditação de samadhi no coração da pessoa como a figura de Tara minúscula.
Todos estes são visualizados claramente em si mesmo aparecendo como Tara, e no
mestre que aparece como Tara, e em Tara que
aparece no santuário.
Logo,
raios de brilho claro do coração do Guru, convidando todas as deidades de
iniciação a aparecer diante do Guru no céu, e o Guru arremessa néctar do vaso
de iniciação. Simultaneamente, as deidades dão iniciação vertendo néctar de
vasos deles contidos nas mãos deles. Este néctar entra pelos topos de nossas
cabeças, enchendo nossos corpos completamente e transbordando à coroa de nossas
cabeças onde tomam a forma do Buddha Amoghasiddhi.
Deste
modo você deve sentir então que você recebeu as bênçãos da forma iluminada, o
corpo de Tara Santo, e como resultado disso, os efeitos de pecados prévios e
ações pecadoras feitas no passado são afastadas. A própria forma física da
pessoa fica indivisível da forma de Tara, e você é autorizado a meditar em você
aparecendo como Tara. De agora em diante, você nunca deve se ver em uma forma
impura, mas deve se considerar, ao invés, sempre na forma de Tara.
Para
a bênção da fala iluminada de Tara, a pessoa imagina isso: de dentro do coração
do Guru e de Tara no santuário há a letra que é TAM cercada pelo mantra de
Tara. Raios de cor clara saem do TAM no coração do Guru e do santuário de Tara.
Agora nós recitamos o mantra: OM TARE
TUTTARE TURE SVAHA. Como fazemos nós assim, como bolhas que se levantam da
água, da boca do Guru na forma de Tara e da boca do santuário Tara, as letras
do mantra se emitem, e são absorvidas na sílaba de semente TAM em seu coração.
Eles
são absorvidos no aspecto de samadhi, a Tara minúscula no centro de nossos
corações. Estas letras se organizam agora ao redor do TAM no disco de lua no
centro de coração de Tara minúscula em nossos corações. A sílaba semente TAM no
coração de Tara é rodeado pelas dez sílabas do mantra dela.
A
seguir a pessoa imagina que todas as bênçãos da fala iluminada de todos os
Buddhas tomam a forma de letras do mantra de Tara, e tudo está em nós. Estas
letras entram em nós por nossas bocas, e são recebidas pelo aspecto de
sabedoria, a Tara que aparece em nossos
corações. Mais uma vez nós repetimos o mantra.
Aqui
a pessoa sente que todos os impedimentos vocais são purificados e todos os
obstáculos em relação à fala da pessoa. Todo o efeito de atos não-virtuosos
prévios da fala também são purificados. A pessoa é autorizada a recitar o
mantra de Tara.
Logo
é a bênção da mente. Para isto, a pessoa focaliza na Tara no santuário, a Tara
no mandala. Agora a pessoa desperta até maior devoção por Mãe Tara, e lhe
suplica que dê as bênçãos dela. Do coração dela flores incontáveis emanam como
a utpala - o loto azul contido na mão esquerda dela. Todos estes são absorvidos
em nós pelos topos de nossas cabeças.
Finalmente,
a pessoa imagina aquela luz brilhante adiante e que transforma tudo no universo
inanimado no palácio celestial, e todos os seres sensíveis são transformados na
forma de Tara. Descanse a mente brevemente neste estado onde tudo é conhecido
como estando como em sonho.
Deste
modo a pessoa pode receber as bênçãos e a consagração do corpo iluminado, fala,
e mente de Tara, e também recebe as bênçãos do vaso de iniciação. A pessoa
então oferece uma mandala em gratidão pela bênção.
Meditação
em Tara Verde
Na
base de treinamentos e práticas preliminares, como também baseado em receber as
bênçãos do Bodhisattva Tara, a pessoa pode executar a meditação em Tara e
recitar o mantra dela.
A
entrada na meditação budista na tradição de Mahayana começa com lojong:
treinando a mente. De importância extrema é o desenvolvimento e treinando da
compaixão.
Como
nós desenvolvemos esse treinamento?
Primeiro,
nós meditamos na bondade mostrada a nós por nossas mães. Nossa mãe nos tomou no
útero dela e nos deu à luz. Ela nos alimentou,
nos limpou quando nós éramos bebês desamparados. Lembrando-se da bondade
dela, visualize sua própria mãe.
Como
você medita deste modo em sua mãe, gere amor e gratidão para ela. Uma vez que
você deu origem a este sentimento, pode
começar a estendê-lo a outros, até gradualmente poder estender o sentimento de
amor e gratidão a todos os seres vivos no curso de sua meditação.
Isto
é possível porque no passado, desde um tempo sem começo, todo ser foi na
realidade sua própria amável mãe. Como é dito em muitas orações de refúgio,
"Para todos os seres sensíveis que foram minha mãe, eu tomo refúgio".
Outra
possibilidade é que você também pode meditar no amor que uma mãe tem para sua
única criança, e da mesma maneira estende este sentimento a todos os seres
sensíveis.
Uma
vez que você fez isto, o próximo passo é começar a dar origem à compaixão.
Entendendo a bondade mostrada a você por sua mãe, você nunca desejaria ver sua
mãe sofrimentos de qualquer forma. Este desejo de remover todo o sofrimento de
sua mãe é compaixão. Ponha-se no lugar dela, sentindo as suas dificuldades dela
e qualquer sofrimento que ela tem que sofrimentos. Uma vez que este sentimento
de compaixão surge em seu coração, então
pode estender isto a outros até que vem a abraçar a os seres os todo
vivos. A pessoa entende o sofrimento aos outros, genuína e verdadeiramente, e
aspira remover os seus sofrimentos.
Nesse
estado, a pessoa está pronta a tomar refúgio. Aqui é importante entender que
você só pode tomar refúgio verdadeiro em um ser verdadeiramente livre. Não o
ajudará tomar refúgio em todos os diferentes deuses mundanos no final das
contas, da mesma maneira que um senhor insignificante não o pode proteger
verdadeiramente da espada do rei.
Também
há outros treinamentos de mente que você também pode fazer para preparar-se em
meditação para a tomada de refúgio. É muito útil refletir nos benefícios do
altruísmo ao invés dos aparentes benefícios do egoísmo. Todo o infortúnio e
sofrimentos de fato vem diretamente de procurar o próprio interesse da pessoa
às custas do que poderia ser melhor para os outros.
É
igualmente verdade que todo o benefício e fortuna boa deriva na realidade de
pôr o bem-estar dos outros primeiro. Se você só trabalha para seu próprio
benefício, você no fim vai trazer dificuldade para você. Trabalhando para os
outros garante que você entrará bem no futuro.
Igualmente,
a prática da virtude é uma parte essencial de treinar a mente da pessoa no
dharma.
Por
exemplo, se você for generoso no passado, você estará recebendo prosperidade e
abundância no presente. Se nós fomos pacientes no passado, então quem nos vê
será atraído automaticamente por nós, e sente positivamente por nós, nos dando
poder e influência.
De
importância particular é o treinamento em conduta ética.
Se
a pessoa não praticar disciplina ética nesta vida, é difícil de ganhar
nascimentos humanos futuros. Nosso nascimento como seres humanos neste momento
existe devido a alguma prática prévia de disciplina moral. Tal disciplina é a
verdadeira fundação para qualquer e todas as reais qualidades surgirem.
A
base para esta disciplina é a prática da virtude. Na prática, isto significa
renunciar às dez ações não-virtuosas, que são: (1) matar, (2) roubar, e (3) má
conduta sexual [para o corpo]; (4) mentir, (5) caluniar, (6) falar palavras
severas, e (7) fofoca inútil ou fala sem sentido para as ações da fala da
pessoa; e (8) pensamentos de avareza e cobiça, (9) pensamento malicioso que
deseja prejudicar os outros, e (10) convicções enganadas, ou visões injustas,
para as ações da mente da pessoa.
As
dez ações virtuosas de corpo, fala e mente surgem naturalmente quando a pessoa
se contiver dos dez tipos de ações negativas. Conseqüentemente nós podemos ver
que, abraçando disciplina virtuosa, também é outra base para a tomada de
refúgio. Nesta aproximação, quaisquer ações que você faz, elas são todas
oferecimentos e corretas aos Buddhas.
Agora
que nós discutimos alguns dos treinamentos que são a base de tomar refúgio, quais são os objetos em quem
nós tomamos refúgio? Elas são as três jóias. A primeira jóia é o Buddha, que
possui os três kayas, ou o corpo, fala e mente iluminados.
É
dito que o Buddha possui três kayas ou "corpos de iluminação".
O
Dharmakaya do Buddha é como a imensidade do céu ou espaço. O Sambhogakaya do
Buddha se manifesta sem que o Buddha sempre vagueie. O Dharmakaya é como a lua
no céu. O aparecimento do Buddha como o Nirmanakaya de carne e sangue é como a
lua refletida em uma piscina de água.
A
segunda jóia é o Dharma. Esta é o tripitaka, as três cestas de escrituras. Nós
tomamos refúgio no Dharma porque a realização que surge nas mentes dos
praticantes está baseada na compreensão das escrituras. A terceira jóia é a
Sangha, a comunidade iluminada, os Arhats, Bodhisattvas, e Deidades.
Quem
tomou refúgio e segue o caminho que conduz à iluminação mantém a mente de
iluminação continuamente. Nós tomamos refúgio para todos os seres sensíveis.
Isto traz nosso refúgio ao nível do Mahayana, ou grande veículo, que deseja
salvar todo ser vivo.
A
Buddhahood, ou iluminação, é atingida pela realização de abnegação, que inclui
a realização da vacuidade de todos os fenômenos. O treinamento, passo a passo,
e o acúmulo de mérito, nos ajudam a poder perceber a vacuidade.
Para
isto, a pessoa precisa cultivar a resolução firme de atingir o estado de
iluminação. Também é necessário gerar a preciosa bodhichitta. Para poder gerar
bodhichitta, é necessário apreciar o bem-estar de outros. Os ensinamentos dizem
freqüentemente que todo o sofrimento se origina do egoísmo, enquanto toda a
felicidade vem de avaliar e buscar o bem-estar dos outros. Apreciar o bem-estar
dos outros pode conduzir então à bodhichitta, à motivação altruística de livrar
todos os seres dos sofrimentos e os estabelecer no estado de iluminação.
É
dito mais adiante que todos os ensinamentos do Buddha podem ser entendidos em
termos da lei de karma, a lei de causa e efeito. Se você semear sementes de
virtude, isto manterá os frutos dos resultados afortunados e circunstâncias
positivas. Se você cultivar comportamento não-virtuoso, conduzirá à
infelicidade.
Em
Budismo, nós falamos da importância da lei de causa e efeito. Em Cristianismo,
a ênfase está em fé em deus. Mas esta fé é ainda uma causa, uma causa virtuosa,
assim pode dela realmente ser derivada felicidade como seu efeito, ou pode ser
resultado de uma causa do que está cultivando fé. Na realidade, assim os
cristãos também estão falando da lei de causa e efeito. Estes dois ensinamentos
religiosos podem usar conceitos diferentes, mas podem compartilhar algumas idéias
bem parecidas.
Quando
a pessoa recebe autorização [iniciação] e faz a prática de Tara Verde, ela
deveria ser vista com a fé que ela é a incorporação de todas as atividades
iluminadas de todos os Buddhas. Assim, a pessoa pode aprender a rezar à Deusa
Bodhisattva Tara. Acima de qualquer dúvida, ela pode acalmar e pacificar todos
os medos.
Tara
e o Buddha feminino Vajrayogini são a mesma pessoa em essência, desde que ambos
são deusas de sabedoria iluminada. Até mesmo se a pessoa não puder praticar
todos os detalhes das onze iogas de Vajrayogini, um que sabe como realmente
rezar profundamente à deusa Tara receberá os mesmos benefícios.
Freqüentemente
junto com refúgio e geração do desejo para também salvar a todos os seres o que
recita a oração de sete ramos que é achada perto do começo de muitas sadhanas.
Os sete ramos são: prestando homenagem, fazendo confissão, alegrando-se nas
virtudes de outros, decidindo-se pelo
pensamento de iluminação de bodhichitta, pedindo para virar a roda de
dharma, pedindo para não passar em nirvana, e dedicação de mérito. Cada destes
ramos revela um componente importante do caminho.
Tendo
tomado refúgio e feito a homenagem, a pessoa vê Tara como o objeto exclusivo de
refúgio para quem você confia sua fé. Este é o primeiro dos quatro poderes de
confissão que é o segundo ramo. O primeiro poder de confissão é o poder do
altar. Agora a pessoa está pronto confessar os maus-feitos com remorso forte,
como quem erradamentetomou veneno e assim tem genuínos pesares. Você vê como
foi prejudicial ter cometido tal erro, e, com remorso e contrição, confessa
você. Este é o segundo dos poderes de confissão, o poder do arrependimento.
O
terceiro poder de confissão é o poder do antídoto; em resumo, isto significa
prometer com sinceridade nunca repetir a conduta negativa novamente. Como
resultado disto, serão consertados todos as negatividades completamente, e a
virtude será restabelecida e será reavivada. Este é o quarto dos poderes, o
poder da renovação ou restauração. A menos que nós confessemos as ações
negativas, nós continuamos acumulando as causas de sofrimentos continuamente.
Um
exemplo do terceiro dos sete ramos, o ramo de alegrar-se com a virtude, é
ilustrado pela história de um mendigo que se alegrou com o mérito de um rei que
apresentava um banquete pródigo para o Buddha. Pela alegria dele, o mendigo
ganhou até maior mérito que o próprio rei. Semelhantemente, se você conhece
alguém que completou a recitação de muitos milhões de mantras, então se você se
alegrar na prática deles/delas, você pode compartilhar do grande mérito
deles/delas.
Isto
ilustra aquele até mesmo que, sem grande esforço da parte da própria pessoa,
por alegrar-se no mérito de outros, a pessoa pode ganhar vastas quantidades de
mérito.
Outro
dos sete ramos é o pedido aos Buddhas de virar a roda do Dharma. Sem tal
pedido, os ensinamentos não localizam os seres sensíveis. Isto é ilustrado na
vida de Shakyamuni Buddha.
Quando
o Buddha foi iluminado, ele fez uma declaração famosa que é registrada no
sutras:
"
Eu achei um Dharma que é como néctar; é indecomponível luz clara, profundo e
calmo, além da elaboração conceitual. Se eu fosse explicar isto, os outros não
entenderiam, e assim eu permanecerei na floresta sem falar ".
Com
respeito a isto, o deus que Brahma, o criador, pediu que o Buddha virasse a
roda do Dharma de acordo com as necessidades particulares das variedades dos
seres sensíveis.
O
final dos sete ramos é a dedicação de mérito. Dedicação de mérito é o mais
importante de todos os sete ramos. Qualquer meditação, qualquer prática ou
ações virtuosas que a pessoa executa, nós sempre deveríamos dedicar o mérito de
forma que nossa virtude não seja dissipada.
A
menos que você dedique o mérito, grande que possa ser, não será de muito
benefício comparado a merecer o que foi dedicado, e o resultado de nossas ações
pode conduzir até mesmo a outro lugar! Por outro lado, porém pequena uma
virtude ou ação meritória que a pessoa possa ter executado, dedicando seu
mérito, os benefícios irão aumentar e aumentar.
Por
exemplo, um pequeno ato de generosidade, como dar um pouco
de água a uma pessoa sedenta, se seguir-se por dedicação de mérito, irá
em aumentar a quantidade da pessoa de virtude. Sem dedicação, até mesmo a
virtude ganha por grandes ações é facilmente exausta.
As
escrituras budista ensinam como um
momento de raiva pode destruir grandes quantidades de virtude não dedicada. A
raiva é a mais destrutiva das emoções
aflitivas. Nós dedicamos qualquer mérito que nós geramos imediatamente
de forma que isto não pode ser destruído por nossos pensamentos negativos,
palavras e ações.
É
ensinado que a paciência serve como o antídoto para enfurecer-se. A virtude da
prática de paciência é imensa. Qualquer palavras abusivas podem ser faladas com
você, simplesmente pela prática da paciência.
Considerando
que isto é tão importante, nos deixe de considerar as virtudes de praticar
paciência. A paciência é uma das seis ou
dez paramitas, as perfeições dos Bodhisattvas. Há três tipos de paciência. A
melhor das três é saber a vacuidade de todas as coisas. Depois é a paciência
não-retaliativa, onde a pessoa não
retalia ou leva vingança em outros que abusaram ou se comportaram mal para a si
mesmo. Isto significa voluntariamente aceitar qualquer sofrimento ou dano em a
si mesmo.
A
prática da Paciência é uma das formas mais altas de asceticismo. Por esta prática,
será pacificada toda a agressividade por si só. Quando duas comunidades
estiverem em conflito, se uma destas puder exercitar a paciência, a discussão
entre elas pode diminuir e gradualmente pode baixar todo junto.
A
Paciência é pensada como a mais alto de todas as virtudes; é muito sagrada. Se
a pessoa praticar paciência, conduz diretamente a nascer com uma forma bonita.
Embora nós pensemos nascer bonito é devido a alguma amável realidade de
hereditariedade de nossos pais, em
grande parte devido ao mérito de praticar paciência nas vidas prévias da
pessoa.
Realmente,
a fortuna boa de nascer como um ser humano está devido ao desempenho de éticas,
de ações morais, nas vidas prévias da pessoa. Mas não todos os humanos nascem
com uma forma bonita; é só esses que praticaram paciência que são enfeitados
com tal aparecimento.
Os
que são pacientes geralmente são admirados por todo o mundo; dos reis e
dignitários até a pessoa mais ordinária, todos o respeitarão o que é paciente.
Isto é porque a paciência consome a raiva da pessoa, a causa do pior
sofrimento. Não há nenhuma não-virtude maior que a raiva e ódio; destrói todas
as sementes de virtude. Em contraste, a paciência destrói raiva e ódio. Realmente não há
nenhuma virtude que se pode emparelhar com a virtude da paciência.
Outras
das seis ou dez paramitas ou perfeições dos Bodhisattvas é a perfeição de
diligência. Tudo que você empreende, você tem que aplicar diligência à tarefa.
Se você tiver diligência, você pode até mesmo fazer um buraco em uma pedra usando
suas mãos. A prática da diligência nesta vida permitirá a pessoa a fazer coisas
depressa e prosperamente em vidas do futuro, sem enfrentar muitos obstáculos.
Ainda
outras das paramitas ou perfeições são a perfeição da concentração. Os
benefícios do treinamento em concentração são que aquele fica contente e calmo
e tudo fica fácil. A pessoa acha a mente da pessoa fácil domesticar, e as
coisas estão bem e como deveriam ser. Estas são algumas das virtudes do karma
positivo que surge pela perfeição da concentração.
Especialmente
importante é o prajnaparamita, a perfeição de sabedoria. Dá para alguém a
habilidade para discernir assuntos com claridade mental e raciocínio claro.
A
lei de karma, de causa e efeito, é infalível; nunca o decepcionará.
Não-virtudes definitivamente criam infelicidade. Até mesmo se a pessoa tiver a
boa fortuna para nascer como um ser humano, se causas não-virtuosas estiverem
presentes em si mesmo, isto perpetuará
um testamento de sofrimento, até mesmo se a pessoa ganhe renascimento mais
alto, como de um ser humano.
Os
reinos de sofrimentos como os infernos são o resultado dos próprios pensamentos
e ações errados da pessoa. Não há nenhum
lugar como os infernos. Os fogos infernais dos infernos quentes são a
manifestação da raiva não resolvida e negatividade armazenada na mente. Estas
acumulações karmicas se manifestam como
o que parece ser um mundo real ou reino para aquele que tem que experimentar.
Devido ao karma negativo, a pessoa tem uma percepção distorcida de tudo da
realidade, não percebendo que qualquer
realidade que a pessoa parece estar experimentando é criada na realidade pela
própria mente da pessoa.
Todas
as práticas de meditação devem ser estruturadas de acordo com as três
excelências: o que é no princípio virtuoso, que é virtuoso no meio, e que é virtuoso no fim.
Em
meditação, a coisa mais importante é meditação em vacuidade. Todos os
conseguimentos do Buddhas são o resultado de meditação em vacuidade. Nós mesmos não nos tornamos Buddhas porque nós
não meditamos efetivamente em vacuidade.
O
que é no princípio virtuoso é refúgio. O que é virtuoso no meio é a parte
principal da prática. O que é virtuoso no fim é a dedicação de mérito.
Conseqüentemente nós podemos ver que a tomada de refúgio é a base de toda a
prática adicional.
Na
escola da Primeira Tradução eles falam de nove veículos de Budismo que incluem
seis veículos de tantra, enquanto nas escolas da Tradução Posterior eles falam
de quatro veículos ou classes de tantra: kriya ou tantra de ação; charya ou
tantra de desempenho; tantra de ioga; e anuttarayogatantra ou tantra de ioga
insuperável.
Na
prática de Kriyatantra, a pessoa visualiza a deidade, como a deusa Tara, no
espaço sobre e na frente, e pensa de si mesmo como um sujeito leal que suplica
a um rei ou rainha, esperando receber a
sua bondade. Esta é a natureza da relação do meditador com a deidade em
Kriyatantra. Em Charyatantra, você considera a deusa como um amigo, a quem você
pede algum favor ou ajuda ou bênçãos. Em Charya ou tantra de desempenho, a
relação entre o meditador e a deidade é igual a de um amigo para um amigo.
Em
Yogatantra, a pessoa está unificando a sua própria natureza da pessoa com a
natureza da deidade, unificando o próprio aparecimento da pessoa com o
aparecimento de Tara. Em Anuttarayogatantra, a pessoa não vê a si mesmo e a
deidade como separado em natureza. Baseado nisto, a pessoa transforma o corpo
ordinário da pessoa, fala, e mente no corpo, fala e mente sagrada de Tara.
Para
fazer isto, você deve ter recebido a permissão-iniciação. Isto é o que o
permite a transformar seu corpo ordinário no corpo divino, transformar sua fala
ordinária em fala iluminada, e transformar seus pensamentos mundanos na
sabedoria da deusa Tara por meditar em vacuidade.
Benefícios
especiais Conferidos por Mãe Tara e suas Deusas
É
dito que a prática de Tara tem muitos poderes extraordinários, diferentes bênçãos,
e é particularmente efetiva em uma variedade larga de situações. Por exemplo, é
dito que ao término de um aeon ou ciclo de tempo, quando sofrimentos e
calamidades puderem aumentar, o mantra e rituais de puja de Tara são muito
essenciais. Qualquer um pode recitar as orações de Tara que traz grande
benefício.
Como
contamos mais cedo, em uma era anterior ao começo de nosso aeon, o Buddha
Mahavairochana era o Guru, o guia espiritual, de Tara. Buddha Vairochana
abençoou Tara e profetizou a ela que ao término do aeon, nessas terras e mundos
onde são recitados pujas, orações, e rituais de Tara, como resultado dessas
orações, as muitas doenças, dificuldades, e perturbações causadas por
espíritos e por seres humanos seriam
pacificados e seriam solucionados. Eu sinto que a prática de Tara é a mais
importante e essencial de todas as práticas em tal tempo.
Outras
deusas também são muito útil nesta consideração como Marichi, ou Ozer Jemma, e
a deusa famosa de cura espiritual, Parna Shawari. As orações delas e mantras
trazem o mesmo poder e benefícios como os de Tara. Elas são basicamente a mesma
deusa Prajnaparamita, em manifestações diferentes.
De
Tara é dito que não só doenças e perturbações causadas por espíritos, mas
também lutas podem ser pacificados,
guerras, conflitos e argumentos podem ser solucionados pelo poder da
prática dela. Podem ser removidas todos os tais obstáculos e dificuldades
relacionadas pela bênção das orações e mantras destas deusas.
Ozer
Jemma e Parna Shawari como também Yudon Drolma, são formas particularmente
efetivas da deusa para praticar em ordem de proteger contra e curar todos os
tipos de doenças. Elas são especialmente importantes para proteger contra os
ladrões e criminosos, e curar o sofrimento causado por discussão e conflito.
É
dito que estes rituais de oração de puja e recitações de mantra são
particularmente importantes quando nós nos acabarmos. Para tal tempo, a prática
de Guru Rinpoche é recomendada amplamente, mas Tara, Ozer Jemma, e Parna
Shawari também são extremamente importantes.
Em
tempos de ameaça de guerras, epidemias, discussão, e assim por diante, é muito
importante que os mantras destas três deusas sejam posto em bandeiras de oração
e pendurados no ar, até as pessoas pode fazer isto. As pessoas de todos as ruas
na vida deveriam fazer isto e deveriam dizer estes mantras tanto como possível.
Junto com as orações de Guru Rinpoche, estas práticas são as mais efetivas em
tal tempo e situações como o de que nós estamos falando. Isto foi declarado em
muitos escrituras.
Quem
oferece elogio a Tara é verdadeiramente inteligente. Se de manhã cedo ou tarde
à noite, a pessoa oferece o elogio às
vinte e uma Taras, como oferecer duas, três, e então sete repetições da oração,
somando doze recitações do elogio às vinte e uma Taras, todos os seus desejos podem ser cumpridos.
Isto é como está em "A Lâmpada Sagrada que Ilumina o Ritual de Quatro
Mandalas de Tara". Neste puja a pessoa repete o elogio duas vezes, depois
três vezes, depois sete vezes.
Quando
é dito que todos os desejos da pessoa serão cumpridos, significa que se você
precisar de um filho, você adquirirá um. Se você tiver necessidades
financeiras, isto será conseguido. Tudo que desejar você terá, tudo pode ser
cumpridos por elogio a Tara. De fato, a pessoa não precisa mais que esta
prática; realiza tudo!
Você
só precisa experimentar isto, testar isto para acalmar seus obstáculos. Todos
seus obstáculos e dificuldades, por muitos que forem, todos serão removidos e
aliviados por oferecer elogio à Tara. Por rezar a Tara, todos os obstáculos
potenciais serão impotentes de causar dano; eles são pacificados naturalmente.
Nada pode atingir a você ou pode
prejudicar você de qualquer forma; você fica impenetrável, inexpugnável.
Não
há nenhuma dúvida que Tara é muito rápida acalmando obstáculos. É um método
especialmente íntimo e rápido para praticantes femininos. Tara e o Buddha
Vajrayogini feminino são da mesma essência; Vajrayogini também é um método
rápido de ganhar realização. São encarnadas de todas as atividades do Buddhas
em Tara, contidas nela, completas nela.
Você
foi autorizado para meditar em você na forma de Tara Verde agora. Sua fala pode
ser transformada em mantra, seus pensamentos em sabedoria. Você não é mais
nenhum ser ordinário; seu corpo, fala, e mente foram completamente transformados
no estado exaltado da própria Tara, na forma, mantra, e sabedoria de Tara.
As
palavras do elogio para as vinte e uma Taras não são a composição intelectual
de praticantes. Eles são falados diretamente por Buddha Mahavairochana e Buddha
Shakyamuni eles próprios. Por favor recite o elogio a Tara tantas vezes quanto
você for capaz no curso de sua vida
cotidiana. Se você for a qualquer hora incapaz de recitar o elogio, tente
recitar o mantra de Tara, OM TARA TUTTARE TURE SVAHA.
Pelo
menos no mínimo, pode recitar você
"Tara, Tara, Tara", ou você pode dizer "Tara, Tara,
Tare", repetindo o nome dela. Quando você convoca alguém pelo nome, eles
não lhe prestam a atenção? Chamando Tara através de nome, ela o ouvirá
certamente e responderá. Não faça isto porque eu digo assim, mas por todos os
meios, faça-o!
Traduzido
por Lama Choedak Yuthok Compiled e editado por John Deweese
NOTAS:
(1) São bem conhecidas outras versões de histórias semelhantes de uma princesa
nobre com aspirações abnegadas de Bodhisattva. Por exemplo, Taranatha menciona
a história do Buddha Dundubhisvara e da princesa Yeshe Dawa ou "Lua de
Sabedoria". A Princesa Lua de Sabedoria acumulou vastos méritos, e foi
aconselhada por alguns monges para rezar para nascer como um homem. Em resposta,
ela jurou trabalhar para o benefício dos seres sensíveis, sempre no corpo de
uma mulher, até que o samsara seja esvaziado.
(O
Lama Choedak recomenda o livro, " O Culto de Tara " por Stephen
Beyer. Também notável é "Em Elogio de Tara " por Martin Wilson, publicado
por Wisdom Publications, e " Tara: o Divino Feminino", por Bokar
Rinpoche.)
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